• A principios de la década de 1980, la administración Reagan estaba preocupada de que la Unión Soviética estuviera usando una guerra química contra Laos y Kampuchea, dos países que se oponían a los gobiernos comunistas.

Esto fue durante la Guerra Fría, por lo que aumentaron las tensiones.

El secretario de Estado Alexander Haig citó como evidencia de estos ataques químicos un material llamado “lluvia amarilla” que son esencialmente pequeñas manchas amarillas consistentes con armas químicas que se encontraron en las plantas y la vegetación alrededor de los supuestos sitios del ataque.

Esos dos países limitan con Tailandia y dio la casualidad de que un investigador de biología estadounidense pasó gran parte de su tiempo en ese entonces estudiando los patrones de las abejas asiáticas allí. Thomas Seeley se dio cuenta rápidamente de que las manchas de “lluvia amarilla” que Haig y su equipo descubrieron se parecían inquietantemente a las heces de las abejas. De hecho, las manchas eran idénticas en tamaño, forma y color.

Seeley se asoció con un profesor de Harvard que era un experto en armas químicas para probar que esos lugares eran en realidad excrementos de abejas y no el trabajo de una guerra biológica. Al final, el Departamento de Estado retiró sus acusaciones debido a la investigación de Seeley.

En su libro Honeybee Democracy, Seeley explica cómo su propia curiosidad ayudó a calmar las tensiones de la Guerra Fría:

Una cosa que hace que el estudio de las abejas sea tan divertido es la forma en que lo que se aprende a través de la investigación impulsada por la curiosidad a menudo resulta, inesperadamente, tener un valor práctico real. Mi mejor ejemplo de este fenómeno es la forma en que saber algo sobre los hábitos de defecación de las abejas asiáticas ayudó a calmar las tensiones entre los Estados Unidos y la Unión Soviética en la década de 1980.

La investigación de un biólogo que estudió la caca de abeja puede haber salvado vidas. Todo, gracias a su curiosidad.

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Hay diferentes tipos de inteligencia en el mundo. Un tipo de inteligencia es la habilidad natural dada por Dios. Algunas personas simplemente nacen brillantes.

Luego están aquellas personas que poseen inteligencia callejera. Tienen las habilidades sociales que les permiten vender personas, mantener una conversación y usar su personalidad para salir adelante en la vida.

Finalmente, hay personas que son aprendices de por vida. Puede que no sean la persona más inteligente de la sala o que tengan las mejores habilidades de venta, pero son leídos y disfrutan del proceso de aprendizaje.

Todos conocen al menos a alguien en la escuela que era naturalmente inteligente. Es como si hubieran nacido para sacar buenas calificaciones. Y todos tenemos amigos, familiares o compañeros de trabajo que tienen la capacidad inherente de vender una paleta de ketchup a una mujer con un vestido blanco.

Siempre fui un estudiante de nivel medio en la escuela y no soy un vendedor natural. Así que no tuve más remedio que convertirme en un aprendiz de por vida.

No encontré mi amor por la lectura hasta que salí de la universidad. Fue entonces cuando me di cuenta de lo poco que sabía sobre el mundo de las finanzas y más allá. 1

Cuanto más lee, más se da cuenta de lo poco que sabe realmente. La lectura ha sido útil a lo largo de los años para llenar los vacíos, pero no fue hasta que comencé a escribir que comencé a ver el efecto de la curiosidad.

Cuanto más escribía, más quería aprender. Y a medida que aumentaba la audiencia comencé a recibir más comentarios: más preguntas, comentarios, trabajos de investigación, artículos y recomendaciones de libros.

Cuando Michael y yo comenzamos nuestro podcast, este proceso subió a otro nivel. Me obligó a aprender más, leer más y tener más curiosidad sobre cómo funcionan las cosas porque estaba tratando de explicar lo que estaba sucediendo a una audiencia más amplia.

A lo largo de los años, esta curiosidad ha llevado a nuevas amistades, una nueva trayectoria profesional, nuevas oportunidades, nuevas ideas de inversión y nuevas relaciones comerciales. Es algo que nunca esperé, pero quizás ese sea el punto. Una vez que siente curiosidad, no tiene idea de adónde podría llevarlo.

En mi antigua empresa de consultoría de inversiones, utilizamos un gestor especializado en bonos convertibles. Al principio de su carrera, el fundador de esa empresa fue colocado en la mesa de bonos convertibles de un administrador de renta fija. El problema es que no sabía nada de bonos convertibles. En lugar de quejarse y pedir un traspaso, se lanzó al vacío y aprendió todo lo que pudo sobre estos valores. 2

Con el tiempo, se convirtió en uno de los principales expertos en convertibles y ahora tiene una empresa de gestión de bonos que cotiza en bolsa que lleva su nombre. Todo porque decidió aprender y dejar que la curiosidad se hiciera cargo.

En la película de “Alta fidelidad”, Rob Gordon (interpretado por John Cusack) dice: “Lo que realmente importa es lo que te gusta, no como eres. Libros, discos, películas, estas cosas importan”.

Como dice Rob, sí, esta es una forma un tanto superficial de ver el mundo, pero creo que está en lo cierto.

Los temas que le interesan pueden tener consecuencias positivas no deseadas en su vida. Solo tienes que tirar del hilo para ver a dónde te lleva tu curiosidad.

1 Principalmente porque no leí lo suficiente durante la universidad.

2 Los convertibles son títulos de deuda que pagan ingresos como un bono normal, pero también tienen la capacidad de convertirse en acciones a un nivel predeterminado.