- ¿Están las acciones alimentadas a base de esteroides o están bailando al son de la música indiferentes a lo que les depara el futuro, al igual que en el Titanic?
La semana pasada, las acciones alcanzaron un nuevo récord, mientras que el rendimiento nominal a largo plazo de los bonos del Tesoro de EE. UU. fue marginalmente más bajo. Todos podemos leer el mensaje colgado en la puerta de entrada del mercado. Dice algo así como: “bienvenido al complejo mundo de las nuevas políticas monetarias del siglo XXI”. ¿Cuales son estas? Pues ni más ni menos que políticas monetarias más flexibles y una generosa QE. Todo esto ha transformado a la economía tal y como la conocíamos además de ir modificar las tasas de interés reales. En términos de eventos económicos o noticias financieras, no ha cambiado mucho desde mediados de abril. Se pueden identificar dos factores en este rally del mercado alcista:
- La actividad del sector privado se acelera a pesar de la escasez de oferta: el índice de gerentes de compras (PMI), un indicador adelantado de la actividad económica, muestra una expansión récord en el sector privado desde 2007, aunque la expansión se enfrió un poco en mayo debido a un índice de servicios más suave. El sector de servicios se enfrenta a una escasez de materias primas y mano de obra. Lo que necesitamos ver como soporte para el mercado alcista es la rotación del gasto en bienes a servicios. Los datos muestran que las ganancias del S&P 500 deberían aumentar un 40% en 2021, frente a un pronóstico anterior del 20% a principios de año, según Bloomberg. Antes del movimiento del mercado, las expectativas de ganancias aumentaron, lo que resultó en valoraciones ligeramente mejoradas y la relación precio / ganancias futuras cayó a un mínimo de ocho meses.
- Diferencial récord de crédito corporativo frente a bonos gubernamentales: los inversores se refieren a esta medición de diferencial para medir la salud de la economía y como un indicador adelantado de los precios de las acciones. La semana pasada, este barómetro alcanzó un nuevo mínimo histórico desde 2008, según FactSet. Aunque este diferencial ajustado deja muy poco espacio para una mayor caída, pero si la historia puede servirnos como indicador, las recesiones ocurrieron cuando este diferencial fue muy amplio a la vez que tuvimos unas condiciones financieras apretadas, esto está muy lejos de la realidad del mercado actualmente.
A pesar de los datos macroeconómicos positivos, el mercado también aplaudió los resultados del test de stress anual de los bancos publicada por la Reserva Federal la semana pasada, así como la liquidación de un acuerdo de infraestructura de $ 579 mil millones del American Job Plan de $ 2,25 billones que se dio a conocer en marzo. Sin embargo, este generoso proyecto de ley primero debe convertirse en ley, luego se extenderá a lo largo de ocho años, para entonces cuando EE. UU. se enfrente a impuestos más altos. Por tanto, el resultado no es importante desde el punto de vista del mercado, en nuestra opinión.
El enfoque del mercado podría cambiar de las valoraciones al poder de fijación de precios y el apalancamiento operativo, lo que podría impulsar el rendimiento de la renta variable. En referencia a la próxima temporada de ganancias corporativas, J.P. Morgan, Goldman Sachs y Citi se encuentran entre los grandes bancos que son optimistas sobre el sector de energía, materiales, finanzas y el consumo discrecional europeos debido a la brecha de precios entre el crecimiento relativo de las ganancias y el precio relativo cíclico y defensivo. Italia, en comparación con el resto de sus pares europeos, podría beneficiarse de su estabilidad política y el mercado de valores nacional podría finalmente volver a su punto máximo antes de la crisis de 2007.
En general, la baja volatilidad y los nuevos máximos en el mercado pueden ser una señal de falta de fuerzas direccionales, aunque la base del mercado alcista sigue siendo sólida. Sin embargo, los retrocesos en un mercado alcista pueden ocurrir sin previo aviso. Dicho esto, podemos ver un aumento excesivo de la inflación y un cambio significativo en la política de la Reserva Federal como dos riesgos importantes. Mientras tanto, los inversores europeos no son grandes motores del mercado y quizás los juegos de la Eurocopa 2020 los mantengan en vilo.

